sábado, 20 de julio de 2019

Ética desde la infancia.

Kenny, un muchacho de ciudad, le compró un burro a un viejo campesino por 100 dólares. Al día siguiente el burro murió. Sin embargo Kenny decidió organizar una rifa para deshacerse de él. Rifó un burro muerto… pero por supuesto nadie lo sabía. Vendió 500 papeletas a 2 dólares cada una, por lo que reunió 1000 dólares -¿y nadie se quejó? - le preguntó el antiguo dueño del burro - Solo el ganador. A él le devolví sus 2 dólares- contestó Kenny. 
Cuentan que Kenny creció y fundó una gran compañía. Con los años se destapó el inmenso engaño contable que había detrás de la empresa, y  fue condenado con pena de cárcel por fraude. 

Shutterstock


Entendemos por ética la reflexión moral que nos permite diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Es algo inherente a la condición humana, lo cual no implica que las conclusiones a las que se lleguen sean iguales para todos. Hay normas morales que están muy ligadas a la cultura, pero hay otras que, sin duda, son universales. Algunos tienen perfectamente asumidos unos códigos éticos y se comportan de acuerdo con ellos, otros los tienen pero se los saltan de vez en cuando, y otros no los tienen o los adaptan a sus necesidades, como decía el genial Groucho Marx: “Damas y caballeros, estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros

¿La ética se aprende?

En algunas universidades existe Ética como asignatura, algo que debería ser obligatorio en todas los centros de estudios, impartido por profesores muy cualificados claro está.  Sin embargo la formación ética va mucho más allá. Desde la infancia se adquiere la capacidad de reflexionar sobre lo correcto e incorrecto, y por norma general se asume de forma natural: los niños a cierta edad saben si lo que hacen está bien o mal. 

  • Fomentemos la empatía, es decir la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona. Ello nos ayuda a comprender sentimientos y comportamientos, nos hace más sensibles y nos distancia del egocentrismo. Cuando nuestros hijos sean adultos, les valdrá como guía en la vida, en todos los ámbitos, en todos los trabajos. Aprenderán a regirse por el bien común, además del propio. Vender un producto a toda costa, sin dar toda la información, nos traerá beneficios económicos, pero causará un perjuicio a nuestro cliente, que confió en nosotros. No todo vale. 

  • Aprovechemos situaciones de la vida cotidiana para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo: Paso por la fila del supermercado y al pagar me doy cuenta de que no me han cobrado la fruta. Tengo dos opciones: me voy con ella y siento que me ha tocado la lotería, o le indico al dependiente el error y lo pago, con mis hijos delante. De vez en cuando es conveniente hacer un pequeño examen de conciencia, puede que nos sorprendamos…

  • Hay situaciones que son claras y fáciles de reconocer como correctas o incorrectas, pero hay algunas muy complicadas, y muchas de ellas son noticia. Aprovechemos temas de actualidad para hablar con nuestros hijos adolescentes: que harían, que piensan, cuales serían las posibles consecuencias. Una tertulia en familia, sin ánimo de juzgar, solo de analizar, escuchar opiniones e intentar llegar a conclusiones enseña a razonar, a tener en cuenta distintos puntos de vista y a tener espíritu crítico, tan necesario en la vida. 

  • Enseñemos valores: compromiso, solidaridad, honestidad, coherencia…Que nuestros hijos estén  educados con principios no les exime de meter la pata, pero por lo menos sabrán que lo han hecho mal, y tendrán más posibilidades de rectificar, aquí entra en juego la conciencia.


Al leer la historia del burro, habrá quien considere que rifar un burro muerto es claramente un fraude, pero también habrá quien piense que Kenny es un pícaro listo, que se sabe sacar las castañas del fuego: total por 2 dólares nadie se arruina… Nos quejamos de la corrupción en política, o de lo mal que nos tratan los bancos y las grandes empresas, y nos gusta generalizar, metiendo a todos en el mismo saco, a todos los demás claro. La ética en la sociedad no es solo  cosa del gobierno, de las empresas ni de los poderosos. Aunque haya sistemas corruptos, la ética es personal, todos somos responsables a nuestro nivel y capaces de cambiar una tendencia

Que los padres comprendamos esta realidad, 
es el paso previo imprescindible para que nuestros hijos lo asuman.
Otra gran responsabilidad que conlleva la paternidad...
Nadie dijo que fuera fácil.
Es nuestra responsabilidad










No hay comentarios: