jueves, 21 de abril de 2016

Educar para la incertidumbre

Educar para la INCERTIDUMBRE 

“No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes”
                                                                                          Theodore Roosevel 

                                                                                                                                                                              Shutterstock 

Si preguntamos a los adultos de hoy en día por sus expectativas laborales, nos asombrará la cantidad de personas que citan una palabra: INCERTIDUMBRE sobre todo si lo comparamos con la generaciones de finales del siglo pasado, donde era habitual desarrollar toda tu vida laboral en una misma empresa, propia o ajena. 

Después de la crisis por la que hemos pasado, son muchas las personas que se han replanteado su vida profesional, y los que han salido airosos de esta situación son los que han sido capaces de adaptarse a esta nueva etapa, de cambiar sus esquemas, y como muchos dicen “reinventarse”. No es nada fácil, pues nuestra generación no fue educada para esto. Crecimos y estudiamos con la convicción de que siendo buenos estudiantes, trabajadores y responsables, el éxito estaba asegurado, nadie nos preparó para el cambio, y los contratiempos, y quizás esto es el origen de muchos trastornos emocionales que hoy están especialmente en alza; ansiedad, depresión…

Es ya algo palpable que el mundo laboral está cambiando a marchas forzadas. Y no solo por la crisis, sino porque el gran avance tecnológico acaecido en los últimos años ha producido una visión del mundo diferente, una conexión mundial; lo que antes se quedaba en un país o en una empresa, ahora se comparte y tenemos acceso a información y datos al instante. La evolución tecnológica en los últimos quince años ha sido mayor que en los cien años anteriores, y ello, como no podía ser de otra forma,  se refleja en las personas, en nuestras relaciones y formas de trabajar.

Asumido esto, planteémonos la formación de los niños y jóvenes bajo esta premisa: si para los adultos de hoy la vida laboral es incierta, el futuro laboral de nuestros estudiantes es todavía más difícil de predecir. Tomemos como guía la visión en la que muchos expertos coinciden. 

  • El 65% de trabajos del futuro próximo todavía no existen ( datos del departamento de trabajo de EEUU).
  • Se acabó “el trabajo para toda la vida”.
  • Se impondrá el trabajo por proyectos.
  • La tecnología será obligatoria en las relaciones profesionales.

Como consecuencia de todo esto, los reclutadores de personal están cambiando, o más bien ampliando, el perfil de los candidatos a la hora de  seleccionarlos. Además de la formación académica, estas son las habilidades requeridas: 

  • Se requieren personas flexibles y adaptables a las distintas circunstancias, sin miedo al cambio.
  • Líderes: se buscan personas comprometidas,  con fuerza para impulsar el cambio, que sirvan de ejemplo dentro de las empresas u organizaciones.
  • Educados en valores: personas que prioricen la ética como valor fundamental, que sepan “competir” siguiendo las reglas del juego. Ahora mas que nunca se necesitan personas en las que se pueda confiar.
  • Comprometidos con la sociedad: no solo vale lo que has hecho por tí, sino que has hecho por los demás.Se valoran las personas implicadas en causas sociales.
  • Responsables y autónomos: que aporten algo a la empresa además de su tiempo, que sean creativos.
  • Emprendedores: personas con ideas novedosas, inquietas, capaces de llevar a cabo nuevos proyectos.
  • Interesados en investigar e innovar y que hayan acumulado experiencias diversas.
  • En formación continua:  convencidos de que se empieza a aprender cuando se nace y no se acaba nunca.
  • Asertivos:  capaces de expresar sus opiniones de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que quieren sin atentar contra los demás.
  • Habilidosos para trabajar en equipo: que estén dispuestos a compartir su trabajo y negociar, valorando todas las opiniones. 
  • Emocionalmente inteligentes: que perciban, asimilen y comprendan sus emociones y las de los demás, que sepan manejar situaciones de estrés y capaces de rendir en condiciones diversas.

En resumen, no podemos diseñar el futuro de nuestros hijos, ni evitar los contratiempos  que se les puedan presentar, pero si podemos formarlos y prepararlos para la vida. ¿Habéis oído hablar de la RESILIENCIA? Es la capacidad para afrontar problemas y adversidades, superarlos e incluso salir fortalecidos de ellos, una habilidad esencial en los tiempos que corren. En mi próximo post veremos algunas claves para desarrollar la resiliencia en los niños. 

Os dejo con un video muy interesante que resume en 6 minutos lo que se avecina. MUY  RECOMENDABLE.  



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