miércoles, 11 de mayo de 2016

Imposible gustar a todos...



Ya lo decía Aristóteles:

 “Solo hay una manera de evitar críticas: no hacer nada, no decir nada y no ser nadie” 



                                                                                                                                                                     Shutterstock


No podemos negar que el que más y el que menos se ha sentido herido alguna vez por algún comentario de alguien… y  a muchos les cuesta entender que lo que uno ve clarísimo, el otro lo ve oscurísimo. Gracias a Dios somos diferentes, y eso hace que el mundo sea rico, lleno de colores. El problema empieza cuando tu vida se rige por lo que opinen los demás; cuando dejas de hacer o decir cosas por miedo a no gustar a alguien, cuando dejas de ser tu mismo. Una cosa es el respeto, por el cual debes medir tus actos y palabras para no ofender y herir, y otra es vivir continuamente coartado por opiniones ajenas.

Aunque a muchos les acompaña durante toda la vida, el miedo al que dirán” se hace mas agudo en la adolescencia. Es una época de transición entre la niñez y la juventud en  la que cada vez tienen más  influencia los amigos y el círculo social y menos la opinión de los padres. Es inevitable que los adolescentes se sientan a ratos inseguros, feos, torpes, solos, tristes o enfadados y no nos debe preocupar (salvo que les afecte gravemente a su vida diaria), ya que están buscando su  rol dentro de sus iguales, y van probándose a si mismos, y de esta forma aprendiendo y evolucionando. Así que pedir a un adolescente que “pase” de los demás, es pedir un imposible, se están posicionando, forma parte de su proceso de madurez. Sin embargo ayudar a tu hijo a que sea capaz de mantener su postura respetando al resto, es crucial al principio de la adolescencia, porque implica que no hará cosas que no quiere para ser aceptado. Tener las ideas claras, saber defenderlas y saber actuar en consecuencia, da fuerza a la personalidad, la reafirma, y  va definiendo el carácter .

Damos por sentado que a estas alturas la mayoría llevamos mucho tiempo y esfuerzo empleado en FORMARLOS lo mejor posible, para darles una base sólida que les dé seguridad. Puesto el sustento, ahora nos toca afianzar: 

  • Para empezar hagámosle la siguiente pregunta ¿que tipo de persona quieres ser? Es fundamental… si no saben como quieren ser… ¿como van a ser auténticos? . En la adolescencia empiezan a ser conscientes de su propia identidad, es un momento estupendo para plantearse hacia donde se quieren dirigir.
  • Afrontemos que necesitan independencia. En esta etapa los padres tenemos que actuar desde la retaguardia, un pasito por detrás. Pero cuidado con alejarnos demasiado y desaparecer,  ahora nos necesitan mucho, pero de otra forma. Dejémosles que resuelvan sus asuntos, sabiendo que siempre pueden contar con nosotros.
  • Facilitemos la comunicación; si siempre es importante , ahora más que nunca. Cuando te cuenten algo escucha, aunque en ese momentos te parezca una tontería, para él no lo es. Si nota que no le haces caso, cada vez te contará menos cosas, y estarás perdiendo la posibilidad de tener conversaciones naturales. No olvides que los adolescentes no soportan las charlitas a destiempo, desconectan.
  • Fomentemos el espíritu crítico; no todo lo que oyen o leen es igual de válido. Deben saber que las fuentes son muy importantes y ahora que tienen acceso a tanta información por todos lados, deben saber valorar de donde viene la información y seleccionar. 
  • Ayudémosle a elegir referentes: los modelos son fundamentales en esta época, y siempre. Los humanos aprendemos por experiencia propia y por experiencia ajena; tener personas que les sirvan de guía y que les inspiren positivamente es necesario. Podemos  animarles a que investiguen sobre las biografía de personas a las que admiran, como han llegado a ser lo que son, y que comprueben si realmente son lo que parecen, quizás se lleven alguna sorpresa.
  • Enseñemos a aceptar las críticas constructivas, hechas por personas a las que estiman y que los quieren. Nadie es perfecto, y siempre hay cosas que aprender.
  • Intentemos  que aprendan a ignorar los comentarios maliciosos, o hechos por personas que no les aportan o importan. Que difícil…y mas para un adolescente. Seamos comprensivos y tengamos paciencia, es cuestión de tiempo y de empeño, es un trabajo a largo plazo, respetemos sus ritmos, pero seamos perseverantes con el mensaje.
En educación hay que sembrar hondo, para que lo que crezca sea fuerte, y eso lleva tiempo y dedicación. Nuestro objetivo es que sean capaces de vivir y actuar sin miedo, con la conciencia tranquila de que están haciendo el bien. Si conseguimos entre todos que maduren con una buena formación y seguridad en sí mismos, serán jóvenes: capaces de emprender proyectos propios sin temor al ridículo, de relacionarse con todo tipo de personas, de influir positivamente en la sociedad y comprometerse,  preparados y abiertos a nuevos aprendizajes, personas libres.

Y como el ejemplo ya sabemos que es clave en la relación padres-hijos… apliquémonos el “cuento”: no dejemos  de hacer cosas que nos parecen importantes o nos ilusionen por miedo al “que dirán…”

 ¡Que liberador es asumir 
que es imposible agradar a todos!

No se me ocurre mejor manera para explicarlo a un adolescente que con esta fábula de ESOPO. ¡Con ella os dejo! 




El padre, el hijo y el burro

Un hombre y su hijo iban con su burro al mercado. En  el camino alguien les dijo:

-“no sean tontos, ¿para qué es un burro sino para montarse?”

El hombre puso al niño sobre el burro y una gente gritó: 

-“¡Que niño tan flojo!, ¡hace caminar a su padre y él tan tranquilo en el burro!”.

El padre bajó al niño y se monto él, entonces otra gente dijo:

- “¿No le da vergüenza a ese hombre estar montado en el burro y su pobre hijo caminando?”.

Entonces ambos se montaron en el burro y otra gente en el camino dijo :

-“ Que malas personas...¿No les da pena ponerle tanto peso al burro?”

Entonces tomaron un palo, y colgaron el burro de allí por las patas, y entre los dos lo

llevaron a peso. Todos alrededor se reían...

Moraleja: Trata de complacer a todos y no complacerás a nadie.



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