martes, 31 de mayo de 2016

El poder de la oratoria. Prepara tu discurso

El poder de la oratoria


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Decía San Francisco de Sales que la prueba de fuego para un predicador no es que los feligreses salgan diciendo: “Que sermón mas bonito”, sino :“voy a hacer algo”. Así es.  El objetivo de un buen orador es hacer sentir a la audiencia la utilidad y  la practicidad de lo que expone, convencerles de que es bueno para ellos  y para los demás, conseguir que salgan de allí con algo nuevo que les impulse a actuar. 

Y siguiendo con las citas, Cicerón afirmaba :“No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volver aceptable”.  Efectivamente, el valor y la responsabilidad de un buen orador es incalculable, pues un mensaje bien armado, dicho en el momento y de la forma adecuada puede llegar a arrastrar masas. Y Como muestra, la última cita: “Las revoluciones más profundas, de largo curso y huella duradera, las hacen los grandes oradores” nada más y nada menos que de Hitler. Y así fue. Impresiona ver uno de sus discursos, en La Puerta de Brandenburgo de Berlin, ante miles de personas embelesadas, y entre el público, judíos aclamándole. 

Por tanto,  un gran orador , con  un mensaje positivo e intrínsecamente bueno, es un valor muy importante para la sociedad. Alguien bien formado, con una personalidad equilibrada, que se exprese con claridad, que transmita pasión en sus discursos y que influya positivamente en los demás. La oratoria es algo que merece la pena cultivar. Necesitamos buenos y comprometidos conferenciantes. Para ellos va dirigido este post.

 Hay muchos libros, teorías y cursos sobre la mejor manera de hablar en público, pero me parece  muy interesante la propuesta basada en la neruociencia de  Jürgen Klaric, experto en neuromarketing y neuroeducación. Saber el impacto que los estímulos exteriores tienen en nuestro cerebro, nos da pistas sobre como conseguir mayor atención. Klaric expone diez puntos que debemos cuidar, ya que las palabras por sí solas no transmiten lo suficiente, deben estar bien acompañadas.

  1. Una buena entonación y una adecuada velocidad: saber manejar estos dos aspectos es fundamental, pues el cerebro conecta y desconecta continuamente. Antiguamente se creía qua hablar siempre en un tono alto y enérgico hacía mantener la atención, pero ahora se sabe, que el cambio de tono, el énfasis en las ideas importantes y el cambio de velocidad mantienen el cerebro despierto. 
  2. El cuerpo: el lenguaje corporal transmite el 50% de  la información que mandamos, añade o resta fuerza a las palabras. Debe ser acorde con lo que estemos explicando, si no, el cerebro recibe mensajes contradictorios. Además, los movimientos  deben ser dinámicos y armónicos.
  3. La ropa: es curioso que muchos conferenciantes vistan de negro. Jürgen Klaric recomienda vestir en un tono liso, y si es posible, que contraste con el fondo. Nunca se debe usar ropa estampada, pues distrae al público, se acaban fijando más en el dibujo  de la camisa que en el conferenciante. 
  4. Cuidado con los elementos visuales. Al contrario de lo que mucha gente cree, se recomienda utilizar un soporte digital sobrio, con pocas palabras, incluso imágenes mejor que palabras. De hecho, aunque sorprenda, la organización TED (Technology, Entertainment, Design) recomienda   prescindir  en lo posible de presentaciones digitales. Si una diapositiva está llena de datos el cerebro desconecta por aburrimiento, y si en una sala brilla mucho el PREZZY o POWER POINT la atención de la audiencia va hacia la pantalla, no al conferenciante. 
  5. Controlar el tiempo: es recomendable estructurar la charla en puntos, y dedicarle entre siete y quince minutos a cada uno. El cerebro necesita cambios para no perder el interés. De esta manera, se  hacen cortes tras cada punto, y ello te permite cambiar el ritmo y el tema.
  6. Tu estilo: Nunca copies a otros conferenciantes, ten un estilo propio, distínguete de los demás.  Muéstrate como tu eres, el imitar resta naturalidad a tu discurso. Introduce tips para captar la atención, por ejemplo el humor: reírse oxigena el cerebro,  se pone en marcha de nuevo, en algunos  momentos un chiste te devuelve al público. También puedes contar historias personales o anécdotas .
  7. Favorece la interacción con la audiencia: camina entre el público, dirígete a alguien y haz preguntas. Crea un ambiente de cercanía, de igual a igual
  8. Cuida el mensaje: tiene que ser claro y breve. TED propone lanzar eslóganes, frases cortas pegadizas que resuman lo que quieres transmitir, y repetirlos alrededor de 3 veces en la conferencia. Entre el 50% y el 70% por ciento de lo que digas se olvida en tres días, aunque se tomen apuntes, luego las frases poderosas harán que tu mensaje llegue mas profundo.
  9. Cuida tu credibilidad o, lo que otros llaman, tu marca personal. Según la imagen que tu público tengan de ti, tu mensaje será mejor o peor recibido. Por tanto, ocúpate de que tu presentación sea adecuada y de que tus referencias sean favorables, por supuesto tendrás malas críticas, es imposible  gustarle a todos, pero tu imagen debe ser sana. Cuidado con las redes y con internet, hoy todo se encuentra en un segundo.
  10. Cuídate: cultiva la autoestima y la seguridad en ti mismo. Ten en cuenta que tu eres mucho más crítico contigo que tus oyentes, que en la mayoría de los casos no se dan cuenta de errores que para ti son muy graves. Y si el error es muy obvio, ríete de ti mismo, no pasa nada, nadie es perfecto, y eso tranquiliza también a la audiencia: “nos está hablando una persona como nosotros”. 


Una conferencia tiene que estar muy bien preparada. Aunque domines el tema, investiga y amplía conocimiento, ningún conferenciante se presenta ante la audiencia a improvisar. Es necesaria mucha práctica, de nada sirve la teoría si no te lanzas, búsca alguien que te de un feedback fiable.  La semana pasada os dejaba con el discurso de Mandela en la película  Invitctus. Hoy os dejo con la conferencia integra de  Jürgen Klaric sobre este tema. Una hora bien aprovechada para el que quiera profundizar.  










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