lunes, 13 de febrero de 2017

Enseñar para que todos aprendan

Carl Wieman, premio nobel de física, hizo una prueba tras una de sus conferencias. Utilizó un dispositivo electrónico mediante el cual sus oyentes podían contestar con un o un no a una pregunta a la que había dado solución durante la charla. Para su sorpresa, solo 1 de cada 10 estudiantes recordó la respuesta. Esto le  impulsó a dar un giro a sus clases universitarias, convirtiéndolas en clases interactivas, y empezó a promover el cambio de la enseñanza de las ciencias. Junto con su equipo, realizó un sencillo experimento con estudiantes universitarios canadienses,  en el que se demostró una mayor eficacia de la metodología  activa de enseñanza frente a las clases magistrales. Hoy día sigue implicado en el estudio y desarrollo de técnicas de aprendizaje.  

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Al Igual que Wieman, hay muchas personas e instituciones ocupadas en mejorar el sistema de enseñanza escolar y universitario,  conscientes de que el avance social y tecnológico de los últimos años, debe ir acompañado por un cambio de estrategia: no se puede educar a los jóvenes del siglo XXI de la misma forma que se educaba a los del siglo XIX. Como resultado de ello, ha surgido un amplio abanico de metodologías que ponen al alumno en el centro.

El abuso de las clases magistrales

Hasta hace muy poco tiempo, se enseñaba únicamente  a través de la lección magistral: el profesor transmite sus conocimientos y los alumnos oyen y toman apuntes. En algunos centros se sigue utilizando como método único, sin tener en cuenta que hay aspectos que se dejan atrás: 

  • Se valora únicamente a un tipo de alumno con unas cualidades determinadas. Son niños capaces de permanecer atentos sin distracciones durante toda la sesión de clase,  que pueden luego enfrentarse a su estudio con la tranquilidad de haber exprimido al máximo la clase. A partir de ahí, utilizan sus habilidades para estructurar el contenido, asimilarlo, practicarlo y memorizarlo. 
  • Pero, no todos entran en este grupo. Es más, para muchos alumnos voluntariosos, seguir las clases sin distracciones, y entendiendo todo, es muy difícil. Por tanto el ritmo que marca el profesor, les exige una gran cantidad de tiempo de estudio en casa, para aprender unos contenidos que en poco tiempo olvidan. Son alumnos que aprenden de una forma que dicha metodología de enseñanza no contempla. Estos niños con el tiempo se sienten menos listos y capaces que otros
  • El grupo más desfavorecido cuando las clases son únicamente expositivas, son los que tienen alguna dificultad de aprendizaje. Estos alumnos, dedican mucho más tiempo que los demás en casa a estudiar, y en muchas ocasiones su esfuerzo es infructuoso, pues no aprueban y por tanto surge la desmotivación y el abandono escolar. En una clase magistral, se exige el mismo ritmo a todos, y es muy difícil poner en práctica cualquier adaptación.
Un ambiente de aprendizaje rico
Es importante destacar que ninguna metodología es buena o mala por sí misma. Dependiendo de circunstancias como el numero de alumnos, su autonomía, los conocimientos previos, material, espacio etc, un método es mas adecuado que otro y se obtienen mejores resultados. 
Cuando un profesor “abre sus clases” y utiliza metodologías variadas, donde el alumno debe descubrir por sí mismo, pensar antes de recibir la respuesta, buscar información, experimentar, compartir información con sus compañeros, debatir, actuar,  atender explicaciones etc...  se trabajan muchas capacidades importantes para el desarrollo integral de la persona.  Pero además, entra en juego un abanico muy amplio de capacidades y aptitudes, y por tanto se da cabida a todo tipo de alumno. Se consigue unas enseñanza plural, que tiene en cuenta la diversidad, y atiende  las necesidades de todos. 

Todo profesor tiene como objetivo sacar lo máximo de cada alumno, pero no todos están al día en cuanto a metodología , pues algunos consideran que tal como se ha hecho toda la vida, los niños salen adelante. Sin embargo, con los estilos de enseñanza de siempre, cada vez hay más alumnos que se quedan atrás. La clave es asumir que no hay un solo tipo de aprendizaje, y que los niños de ahora no son los niños de antes. Y la buena notica es que hay mucho ya estudiado y puesto en práctica, así que el camino está allanado. NO SE TRATA DE DAR LA ESPALDA A LO ANTIGUO, sino de integrarlo, combinarlo y quedarse con lo mejor. 

Termino haciendo referencia al artículo que escribí sobre las inteligencias múltiples. Os animo a revisarlo, pues los estudios de GADNER nos ayudan a comprender la forma de captar información sobre el mundo de cada niño, y su importancia  para el aprendizaje. 
Aqui os dejo el enlace.

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