miércoles, 12 de octubre de 2016

Pequeños líderes

Reconozco que me llevó un tiempo liberar la palabra liderazgo de prejuicios. Cuando oía hablar de “educar para el liderazgo”, se me venían a la mente únicamente los líderes poderosos que en apariencia tenían el mundo en sus manos, y como tal se comportaban. Sin embargo, al cambiar mi punto de referencia hacía personas carismáticas, sin más poder que el que les daba su capacidad de mover masas a través del ejemplo y de la palabra, comprendí que la visión de liderazgo que tenía era muy pobre, parcial y sesgada, y entendí el valor de preparar a los niños y adolescentes para ser líderes. 

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En el mundo que a nuestros jóvenes les ha tocado vivir, 
distinguirse por tener criterio propio es una fortaleza,
 y ser capaz de transmitirlo y contagiarlo,
 es un valor para la sociedad.

 A lo largo de mi experiencia me he encontrado con muchos niños y niñas con un liderazgo natural que les hace ser referente entre sus iguales. Es fundamental dirigir esa habilidad hacia el bien. Un joven que movilice a sus iguales, que les transmita pasión por lo que hacen, que les sirva de ejemplo positivo, es una ayuda enorme para el buen funcionamiento de un grupo, es una joya que tenemos que aprovechar.

¿Que hace que un niño sea líder?

Partiendo de una base innata, la mayoría de los rasgos de personalidad de un niño se desarrollan a través del trato voluntario o involuntario de sus padres y personas cercanas, y de las experiencias vividas. Tienen más posibilidades de liderazgo, aquellos niños que han sido tratados como potenciales seres independientes, evitando la sobreprotección.

  • Tienen un alto grado de empatía, comprenden las emociones de los demás y son capaces de ponerse en su lugar. Son niños a los que se les ha dejado expresar sus emociones, esto ha favorecido su autoconocimiento y por tanto, el de los demás.  
  • Saben perder. Curiosamente los líderes no siempre son los brillantes de la clase. El niño que es siempre un triunfador, tiene muy baja tolerancia a la frustración, porque no ha aprendido a perder. Sin embargo un líder tiene que “tirar” de los demás especialmente en las situaciones complicadas, por lo que es fundamental que no se hunda ante el fracaso.
  • Se esfuerzan. Para conseguir sus metas han tenido que trabajar y se les ha ayudado a ver los frutos de su esfuerzo. 
  • Son decididos. Se les ha permitido tomar pequeñas decisiones, han podido opinar, y se ha valorado su punto de vista.
  • Son capaces de expresarse ante cualquier grupo. Han tenido oportunidad de hablar en publico en situaciones cotidianas, por lo que no tienen miedo. 
  • Son responsables. Saben que toda conducta tiene su consecuencia. Han asumido sus responsabilidades desde pequeños y por tanto han aprendido a pensar antes de actuar.
  • Saben trabajar en grupo. Aunque tiendan a asumir el mando de forma natural, valoran y tienen en cuenta las opiniones de los demás, y saben quedarse a un lado cuando es necesario. Han desarrollado esta habilidad a través de situaciones que requieren un trabajo de equipo para conseguir una meta.  
  • Miran la vida con OPTIMISMO.

En definitiva son niños y adolescentes con un alto grado de madurez,  con los que los demás quieren estar y en los que confían. Se han ganado un lugar primordial, ya sea en su grupo de amigos, su clase, su equipo o liderando un proyecto solidario.No importa el número de personas que consigan mover, lo importante es que son una influencia positiva.

Hoy termino con el fragmento de una entrevista a Nando Parrado, superviviente del accidente de avión ocurrido en los Andes en 1972. Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a una conferencia suya en el congreso de la fundación Lo Que De Verdad Importa. Llegué a la conclusión de que se convirtió en líder en esta dramática situación, además de por su decisión y su capacidad de reponerse ante la adversidad, porque supo sacar de cada miembro del equipo una habilidad, para que todos tuvieran su papel,  de esta forma evitó la pasividad, y contagió energía.

 Es un ejemplo de líder que no buscaba serlo, y sin proponérselo,
 consiguió movilizar al grupo.
(6 minutos)









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